Año: 2016
Sello: Murder Records
País de origen: Portugal
Gore y obscenidad llevados al paroxismo. Gorgásmico Pornoblastoma es tan mugriento y obsceno como tu mente pueda imaginar, y más aun. Es todo lo que el Grindcore debe ser, sobre todo cuando éste género se aleja de las cuestiones sociales/políticas inherentes al mismo. Mas, aquí no hay nada de conciencia social ni opiniones políticas de ninguna índole; este disco del trío portugués es ruido enfermizo, velocidad despiadada y toneladas de locura fuera de control. Es como si Archagathus y Last Days of Humanity hubieran cogido, y fruto de ese sexo (brutal, claro está) hubiera nacido este hijo bastardo llamado Gorgásmico Pornoblastoma.
El sonido es inmundo, con la guitarra y el bajo confundiéndose en una bola de distorsión que emana suciedad por los poros. La batería taladra y taladra con su sonido latoso, con el cual el cerebro queda abombado; es que no se trata solamente del sonido (típico de las bandas de Goregrind), sino de la forma bestial en que Luizão golpea los parches y platos, la manera en que ejecuta tantos los blast beats como los ritmos propicios para desatar el bailongore, como así también sabe recurrir a ritmos llenos de groove o partes rápidas bien d-beateras. Él es el sostén de la banda, el cimiento del sonido caótico del trío, y sobre él es que los otros dos dementes desatan su colección de aberraciones sonoras.
24 tracks que no son fáciles de diferenciar entre sí, algo que importa poco y nada en este caso ¿Por qué? Porque "Delírios de um Defunto" no es un disco que haya sido compuesto y grabado con la idea de convertirse en un compendio de hits; si bien no hay ni una sola composición de relleno (pues todas están interrelacionadas a través del caos, hilo conductor de la placa), o sea que el disco, además de parejo, está bueno, tampoco hay temas destinados a convertirse en clásicos del estilo, algo que sí han hecho bandas como Dead Infection, Regurgitate, Agathocles y otros grandes del estilo. En todo caso, el trío oriundo de Guimarães es un raudo e inclemente ataque a los sentidos, en especial al sentido auditivo. En 23 minutos, la banda hace un culto de lo insano y brutal a cualquier precio, y ese culto terminó transformándose en un disco que no tiene desperdicio no por ser genial, pero sí por ser absolutamente retorcido y entretenido. Bueno, entretenido sólo en caso de que tengas la mente podrida...como yo. En síntesis, me gusta esta oda al descontrol.
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